La internacionalización como paradigma es una realidad en el sector universitario en México y en el mundo. Las Instituciones de Educación Superior (IES) en lo individual o mediante redes o consorcios han establecido una agenda institucional de creciente sofisticación que hoy en día ha redimensionado sus funciones sustantivas de docencia, investigación y extensión. Sin embargo, ¿qué pasa cuando en lugar de universidades y educación superior se habla de educación básica y media superior (y educación normalista exclusivamente en el caso de nivel superior) y su actor primordial es una Secretaría de un gobierno estatal?, ¿cuál es su relevancia?, ¿es útil para las necesidades del sistema educativo obligatorio?

Desde el gobierno de Alberto Cárdenas hasta el de Emilio González Márquez existió una ambiciosa agenda internacional que le valió a Jalisco un reconocimiento nacional desde la propia Secretaría de Relaciones Internacionales. Giras multisectoriales, recibimiento contínuo de delegaciones extranjeras, búsqueda de sedes internacionales y multilaterales, entre otras estrategias, impulsaron una agenda internacional de gran espectro que sin duda cobijó al sector educativo y a los demás sectores del ejercicio público en el estado.

La anotación del Dr. Jorge Quevedo respecto a la disminución de la actividad internacional del sector educativo debe entenderse a su vez a la luz de una agenda estatal que visualiza la internacionalización desde otra perspectiva, primordialmente comercial y de inversión, lo cual se plasma claramente en el objetivo 5 del Programa Sectorial de Desarrollo Innovador: “Incrementar los flujos internacionales de comercio y de inversión así como el contenido nacional de las exportaciones. Se deben fortalecer nuestros lazos comerciales actuales y promover nuevos mecanismos de integración económica. Incrementar los flujos internacionales de comercio y de inversión así como el contenido nacional de las exportaciones. Se deben fortalecer nuestros lazos comerciales actuales y promover nuevos mecanismos de integración económica.” (Dimensión economía próspera e incluyente. Programas Sectoriales. Gobierno del Estado de Jalisco, 2014, p. 23)

Ante tal situación, los temas de cooperación técnica y científica, así como los de carácter educativo y cultural, susceptibles de abordarse desde una visión internacional, dejan de ser visibles desde la estrategia estatal.

Aunque el Dr. Jorge Quevedo menciona una condición que claramente se antoja contradictoria en el sentido de que la internacionalización es una prioridad para la cual no se otorgan recursos, ello puede entenderse por la conceptualización de “internacionalización” con la única intención de buscar inversiones y mercados para los productos jaliscienses. No es la visión de sexenios anteriores que bajo la concepción de internacionalización se buscaban espacios de exposición en el extranjero para artistas jaliscienses, o la participación en famosos desfiles extranjeros con fines de atracción turística, o el desarrollo de un gran encuentro educativo con instituciones internacionales de primer nivel y empresas transnacionales con las cuales trabajaban de manera coordinada.

Ello amerita la reconstrucción de la dimensión internacional de la agenda educativa en Jalisco. Se debe pensar más allá de la lógica de los convenios como un fin en sí mismo y reposicionarlos como instrumentos congruentes que dan cauce a proyectos específicos y relevantes para la atención de los problemas del sistema educativo.

Por supuesto que la movilidad es un tema clave, pero de nada sirve si ésta se hace contemplando exclusivamente a estudiantes de nivel básico, lo cual personalmente me parece menos recomendable por sus implicaciones y en todo caso resulta más de la atribución de las propias instituciones educativas como las propias universidades. Desde la Secretaría de Educación Jalisco, la movilidad debe contemplar el gran espectro de profesionales que laboran en el sector educativo: docentes, formadores de docentes, directivos, asesores técnico-pedagógicos, directores de escuelas, jefes de sector, supervisores, orientadores, mandos medios responsables directos de programas educativos, personal responsable de áreas estratégicas de política educativa, de evaluación, de financiamiento educativo, en fin, resulta impensable y de una miopía preocupante ignorar la posibilidad de fortalecer las capacidades de esa gran masa crítica que conduce el sistema día con día.

Pero además, la agenda del sector educativo es mucho más compleja que las personas que laboran en él; el sistema educativo tiene desafíos continuos de impulsar políticas educativas asertivas, bien fondeadas, monitoreadas y evaluadas. La Secretaría de Educación Jalisco tiene un sinfín de pares en el exterior con los cuales intercambiar prácticas de temas comunes en los que existen experiencias más desarrolladas y exitosas que la nuestra.

Ciertamente la internacionalización pasa por el tema de los recursos, pero antes que los recursos tiene que haber una agenda relevante en búsqueda de sus propios recursos. Los temas destacados en el sistema educativo como el aprendizaje del inglés, las matemáticas y las ciencias, caminan a la par de otros como la evaluación educativa, la profesionalización docente, los esquemas de supervisión, el liderazgo escolar, los procesos de autonomía, y una larga cadena de etcéteras que no hacen sino llamar a la reconstrucción de la agenda internacional del sector educativo.

En la medida que se retome este ejercicio, se dotará de una mayor validez a la existencia de una oficina como la Dirección de Relaciones Internacionales de la Secretaría de Educación estatal, una novedad institucional que aún puede dar mucho de sí para acompañar al sistema educativo estatal en sus aspiraciones de mejora.