Las marcas y signos distintivos son herramientas empresariales que se utilizan como estrategias competitivas para sus productos, incluyendo la protección a la propiedad intelectual, en este caso la denominación de origen, como parte de un esquema estratégico de desarrollo. Los grupos empresariales e industriales que buscan consolidar su producto desde esta estrategia requieren de una gestión global, pues en la actualidad no basta con solo producirlo, caracterizarlo, adaptarlo a un mercado internacional con estándares reconocibles e innovar en su proceso productivo y de ventas, sino que también requiere de una vinculación global que les reconozca y ayude a protegerlo, mientras logran el reconocimiento de su imagen de prestigio y originalidad. Justamente la originalidad liga el producto a una espacialidad, recinto único que es la base de su proyección internacional.

El tequila es parte de ese imaginario social internacional que se tiene sobre México, siendo un elemento cultural de Jalisco, lugar conocido como la cuna de distintos iconos de la mexicanidad, como el mariachi, el charro, los jaripeos, entre otros; lo anterior, gracias a programas de difusión a nivel estatal y nacional (Jalisco es México). Así, el tequila es un producto de la identidad del país al exterior, un icono que se ofrece como lo mexicano, y que gracias a la denominación de origen se protege esa espacialidad en los territorios autorizados para su producción. Esto tiene especial importancia para el municipio homónimo de esta bebida. Tequila es un Pueblo Mágico y con un paisaje agavero que es patrimonio de la humanidad, con lo que dicha localidad se encuentra en un proyecto más amplio de promoción, haciéndolo un lugar destino.

En este sentido, la denominación de origen del tequila promueve y se ha complementado con una estrategia turística de proyección nacional e internacional. Lo que encontramos es la conjunción de dos estrategias de comercialización de un producto y un destino que cuentan con oportunidades que pueden ser aprovechadas por el gobierno local para proyectarse con un modelo de proyección internacional para el desarrollo local. El gobierno local puede sumar estos dos iconos comerciales como base en la creación de su propia proyección internacional, con una idea de localidad parecida a la marca ciudad, que requiere regeneración y transformación, una integración y dirección que simbolice progreso, un hacia dónde vamos y vamos todos, y más importante, una identidad.

Si se construye una estrategia con iconos, se tendrá que establecer cómo el tequila se liga a la identidad local, y qué otros iconos locales se enlazan con los valores e ideas de su comunidad, pues todos ellos son tan sólo partes de la imagen de la ciudad o región y su sociedad. Para estos fines se debe tener claro qué se busca y su espacialidad, pues lo que menciona el Lic. Ramón González, Director General del Consejo Regulador del Tequila sobre utilizar otras localidades como Guadalajara, siembra desafíos en la propia identidad, pues hablamos de una región tequilera que abarca municipios de distintos estados de acuerdo a la denominación de origen, lo que implicará una mayor coordinación entre más actores.

Entonces, hasta el momento se cuenta con un gran esfuerzo de la iniciativa privada que realiza la proyección internacional frente a una paradiplomacia pasiva y una gobernanza distante. El área de oportunidad más grande se encuentra en definir una política conjunta entre el gremio industrial, el gobierno y la sociedad de esa espacialidad, que vincule el desarrollo local no solo al crecimiento económico, y sobre todo que la marca producto debe ser una herramienta de la localidad para su proyección internacional, y no la localidad una herramienta de la marca producto para su exclusividad.